martes, 21 de abril de 2015

Panteón Africano

Oshun
Hija de Obbatalá y Yemanjá, Oshun es la deidad que representa la fecundidad, la sexualidad y el erotismo. Orishá de temperamento alegre; simboliza el espíritu romántico, la calma, la felicidad, y la sensualidad femenina.
A ella se le encomiendan las mujeres embarazadas, los fetos, y los niños recién nacidos; así como aquellas mujeres que buscan fecundidad. Simboliza la maternidad, del mismo modo que la abundancia y la riqueza. Es ama y dueña de las aguas dulces de los ríos, fundamentales para que se reproduzca la vida en la tierra. 
Hermana de Oyá, y Yemanjá, ofreció su virginidad a un jefe de una tribu enemiga para que liberara a su hermana Oyá, que había sido secuestrada. Fue la segunda esposa de Shangó, su gran amor, y también fue pareja de Oggun, Orumila y Oshosi. 
Dueña de un baile con una sensualidad única, agita sus brazos haciendo resonar sus brazaletes, y los extiende en demanda de sexo a los hombres, mientras mueve sus caderas eróticamente.
Posee como atributos principales un sol, caracoles, peces, abanicos, aros, peines, plumas de pavo, corales, conchas y campanillas, entre otros. 
Su color es el amarillo dorado, dueña del oro y las riquezas. Se le rinde tributo ofreciéndole comida: Camarones, miel, cebolla, ají, acelga, huevos, vino blanco, arroz, lechuga, dulces, y frutos del río; y se le ofrecen sacrificios de palomas, gallinas de Angola, y chivo capón, entre otros animales.




Obbatalá

Obbatalá es descendiente directo de Oloddumare. Es el creador del ser humano, a quien modeló con arcilla, para recibir el soplo divino del Supremo Creador. Es un padre paciente amoroso de su creación, dueño y regente del cuerpo humano y de todas sus partes, especialmente la cabeza, donde habitan los pensamientos. Símbolo de la pureza, de la paz, se lo representa con el color blanco, y su nombre significa “Rey de la pureza”.
Como padre de los hombres, y dueño de sus cabezas y pensamientos, es el encargado de interceder entre éstos y cualquier Orishá. Celoso de la falta de respeto y las impurezas, no permite que se desnuden en su presencia o que se realicen conductas impropias. Es representado en la naturaleza a través de las montañas; sus picos nevados, blancos, e impolutos, simbolizan su eterna pureza.
Su vestimenta es totalmente blanca, aunque en sus caminos de guerrero, una banda roja cruza a través de su torso. Su traje está adornado con soles y lunas, y ocho pañuelos rodean su cintura. Sus elementos de poder son un cetro de mando, llamado “Opa”, un Iruke, hecho con crin de cola de caballo, que agita en su baile para limpiar a los presentes, y un brazalete hecho de plata. Se le rinde ofrenda con arroz con leche, manteca de cacao, merengue, flores de algodón, maíz, alpiste, y granada. Los animales que se le inmolan son gallinas blancas, palomas blancas, chivas blancas. El alcohol es un tabú y le es prohibido, al igual que los cangrejos y los frijoles.


Oggun

Oggun es el Orishá que encarna la fuerza y el trabajo físico. 
Guerrero por naturaleza, dueño de un temperamento violento e irascible, es el amo del monte, y el poseedor del cuchillo o machete. Con éste se abre camino entre la vegetación, pero también imparte justicia por sus propios medios, y puede realizar sacrificios.
Oggun representa el comienzo y la fuerza que da inicio a las cosas, así como la mañana y la primavera. Símbolo de autoridad, riqueza, virilidad y juventud, es el amo de los minerales y posee el poder de transformar la naturaleza: el carbón en diamante y la arena en mármol. Su poder sobre los metales, las herramientas, las armas, las cadenas y los cuchillos, hacen de Oggun el Orishá protector de aquellos que trabajan con elementos metálicos; tales como herreros, cirujanos, agricultores y soldados, entre otros. Además es quien protege los templos y las entradas a las moradas.
Debido a que representa el sacrificio, a Oggun se le rinde tributo matando todo tipo de animales, tales como gallos, chivos o carneros. 
Hijo de Oduduwa y Yembó, es hermano de Oshosi, con quien comparte su dominio sobre el monte; de Eleggua, quien regentea junto a él los caminos; y también de Shangó, y Osun. Amante de Oyá, entre otras relaciones, es originario de Ileshá, Rey de Iré, y emisario de Obbatalá. 
Sus colores característicos son el rojo y el verde, y su animal es el perro.



Olorun

Es la manifestación más concreta y sensible del “Dios Supremo” (la trilogía Olofi - Oloddumare – Olorun), y es quien está en contacto directo con los hombres. 
Es el dueño del cielo, su nombre significa “Señor del cielo”, entendiéndose como el más allá. Representa la energía infinita vital de Dios, el calor del sol, la acción primera, el soplo de vida que rige todas las cosas. 
Es el creador del mundo y los seres humanos, las aguas, el aire, y toda la vida sobre la Tierra. Dueño de la luz y los colores, es el creador del día y de la noche. Del mismo modo es la fuerza universal que brinda el dinamismo de la vida. 
Es omnipresente, está de día y de noche, aunque no pueda vérselo, por lo que no se le recibe, sino que se le rinde un saludo con los brazos extendidos en alto, en dirección al sol, que representa su energía infinita. No se le asigna un género específico, ni posee emblemas o signos que lo representen, tampoco se le construyen altares ni templos en su honor, ni puede ser asentado. 
Es amo y dueño de la vida, y así como el sol, a través del cual se le rinde tributo, es quien brinda la energía para el desarrollo de las funciones vitales de las plantas, los animales y los hombres.







Oya

Hija de Obbatalá y Yembó, es un Osha íntimamente ligado a Iku, deidad de la muerte. Orishá del Río Níger, de los vientos, y de las tempestades. Símbolo del carácter violento y vehemente, está representada en la naturaleza por la centella. Domina los cuatro vientos, junto con Eleggua, Orunmila y Obbatalá.
Osha “muertera”, como suele llamársele, representa el mundo de los muertos, los sentimientos tétricos, oscuros, y la reencarnación de los antepasados. También simboliza las emociones y pesares femeninos. Habita junto a las puertas de los cementerios y sepulcros. Ama y señora del camposanto, éste es el ámbito que le fue asignado.
Su hermana Oshun, en un tremendo acto de amor, ofreció su virginidad a cambio de la libertad de Oyá, quien se hallaba cautiva por el jefe de una tribu enemiga.
Reina de Kosso, madre de nueve hijos, guerrera y temeraria, ha acompañado en las batallas a Shangó, de quien fue su primera esposa, y a Oggun, a quien engañó con Shangó.
Su objeto de poder es un Iruke que lleva en su mano, hecho con crin de cola de caballo, que, cuando baila, agita a un ritmo frenético y acelerado, para purificar los males e impurezas del aire. Posee también nueve brazaletes de cobre, y viste una túnica del color del vino y una saya con franjas de nueve colores diferentes, a excepción del negro. El número que simboliza a Oyá es el 9 y todos sus múltiplos.


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