martes, 21 de abril de 2015

Tribus africanas


El tema sobre el cual trata esta encuesta es uno de los temas de los cuales las personas tienen menos información sobre el. Podríamos decir que es un tema marginado; existe mucha información mal distribuida y no llega a todas las personas.
A continuación se mostraran algunas preguntas acerca de las tribus africanas. Se mostrara que tan informada o no está la gente acerca de la cultura africana, y así mismo de las tribus de está región.
Las estadísticas están realizadas tanto en hombres como en mujeres, con la misma cantidad de participantes por cada sexo, con el mismo rango de edad (18-30). Y dividiéndolo los resultados por genero mostrando así quienes conocen más acerca sobre esta cultura.
Antes de mostrar los datos obtenidos, el público debe estar consiente que los resultados no están corroborados científicamente, es exclusivamente para informar.

La belleza de las Tribus Surma y Mursi

 Una cultura en peligro, en el sur de Etiopia

Atuendos tribales de Etiopia. Hans Silvester

Las tribus Surma y Mursi son indígenas del sur de Etiopía que viven principalmente del pastoreo de grandes rebaños de ganado en el valle del Omo. También se dedican a la agricultura de cereales, sorgo y maíz sobre todo y son recolectores de miel. Se calcula que quedan unos 9.000 indígenas Mursi y unos 45.000 Surma.

Se alimentan de la leche de sus vacas, su carne, los cereales que cultivan y de la propia sangre de las vacas que extraen pinchándoles en una vena. Las vacas también son el patrón comercial. El padre, propietario del rebaño, regala 30 vacas a cada hijo cuando se casan. En las familias numerosas los más jóvenes suelen quedarse sin esta dote y tienen que recurrir a otro tipo de recursos, normalmente bastante irregulares, para conseguir su dote.
Atuendos tribales de Etiopia. Hans SilvesterEn una práctica inmemorial se adornan, cotidianamente, con espectaculares tocados realizando también decoraciones increíblemente bellas en sus cuerpos con pigmentos naturales extraidos de minerales y vegetales, que además les ayuda como repelente de insectos al mezclar estas pinturas con ceniza y orina de ganado.
Sus pinturas representan desde diseños abstractos a los patrones de colores de las flores que forman una deslumbrante variedad en todo el cuerpo, en una expresión cultural más elemental para ellos que la propia música o la danza.
Consideran su imagen como algo abstracto y se pintan el cuerpo dos o tres veces al día, como si cambiasen de ropa en una particular forma de seducción, de expresar su estado de ánimo o su orgullo. Las escarificaciones y mutilaciones que se infligen son también signos de elegancia, de fortaleza y de valor.
Los surma lucen discos de calabaza o platos de arcilla incrustados en sus labios y en las orejas, que cuanto más grande sea en el caso de las mujeres les permitirá una dote matrimonial más suculenta normalmente en cabezas de ganado.
Atuendos tribales de Etiopia. Hans SilvesterTerminada la cosecha los jóvenes surma compiten en luchas bastante violentas, con bastones como armas, que se conocen con el nombre de Donga. Con ella demuestran su masculinidad, saldan rencillas personales o luchan para conseguir una esposa. Los participantes compiten de dos en dos y van quedando eliminados hasta que solo queda el vencedor del torneo. Los jóvenes Mursi también participan de esta tradición.
Elaboran una bebida alcohólica parecida a la cerveza a base de sorgo fermentado. Hablan el suri y varios dialectos, como el tirma y el chai.
La mayoría de los indígenas conservan un temperamento belicoso. Luchar contra otras tribus ha sido una constante en toda su historia y alternan periodos de guerra con otros de paz. Si se producen tensiones demasiado graves, los Jalaba, consejo de hombres de mas edad del poblado, son los que toman las decisiones y dictan las leyes de convivencia. Si se producen enfrentamientos con otras tribus, una delegación de ancianos se reune con la delegación de la otra tribu y negocian las soluciones para conseguir la paz.
La cultura milenaria de estos indígenas se encuentra actualmente en grave peligro ya que están siendo obligados a renunciar, sin ningún tipo de compensación, a sus tierras del Parque Nacional del OMO, por funcionarios del Gobierno según denuncia la ONG “Soluciones nativas para refugiados de conservación”.
Asesorados por ellos, los Mursi han declarado su territorio como zona comunitaria de conservación comenzando un proyecto comunitario de turismo para lo que han creado su propia pagina web Mursi Community.
Atuendos tribales de Etiopia. Hans Silvester 
Por otra parte está en proyecto la construccion de la presa hidroeléctrica Gibe III en esta zona. Una vez terminada (está prevista su apertura para el 2013) sería la presa de hidroelectricidad más grande de África.

Grupos medioambientales locales e internacionales como la organización de defensa de los pueblos indígenas Survival International han denunciado graves impactos negativos tanto sociales como medioambientales y han criticado la evaluación del proyecto como insuficiente. El Banco Europeo de Inversiones se ha retirado del proyecto.

Stephen Corry, director de la organización de derechos indígenas, Survival International, dijo: “La presa Gibe III será un desastre de proporciones cataclísmicas para los pueblos del Valle de Omo. Su vida y sustento serán destruidos, sólo algunos tienen una idea de lo que les espera. El Gobierno ha violado la constitución de Etiopía y el derecho internacional en el proceso de adjudicación. Ningún organismo externo respetable debería financiar este proyecto atroz.”

¿Cómo puedes colaborar?. Escribe una carta al primer ministro de Etiopía instándolo a paralizar la presa Gibe III. Modelo de carta y dirección de envío.

Tambien puedes unirte a la recogida de firmas para detener la presa Gibe III.

Fascinado por las tradiciones de estos pueblos, el fotógrafo Hans Silvester ha dedicado casi 6 años para conocerlos y reflejar en sus geniales fotografías los espectaculares tocados y extraordinarias pinturas que embellecen el cuerpo de los indígenas con una mirada especial e intima hacia una cultura que puede estar a punto de extinguirse.

Atuendos tribales de Etiopia. Hans Silvester
Para facilitar la integracion contrató los servicios de un guía etíope, Moulou, cuyos conocimientos y respeto por las etnias y sus consejos le fueron vitales. Para evitar los peligros que suponen para el hombre occidental la comida indigena y el propio agua, Moulou le aconsejó la contratación de un cocinero, que además le sirvió para establecer lazos sociales con los indígenas con los que se iban encontrando.
Normalmente el primer contacto con las tribus se establecia alrededor de una comida compartida, sentados todos en el suelo y utilizando manos y dedos como utensilios y cubiertos.

Atuendos tribales de Etiopia. Hans SilvesterHans Silvester es un fotógrafo y militante medioambiental nacido en Lorrach, Alemania, en 1938. Su amplia obra incluye el estudio de regiones de todo el mundo, Francia, América Central, Japón, Portugal, Egipto, Túnez, Hungría, Perú, Italia y España durante los años 1960 y 1970. Mas tarde dirigió su mirada hacia los estragos de la deforestación en el Amazonas
Su trabajo mas reciente documenta la vida de estos indígenas con una obra que el artista describe como una inmersión en la vida y la tradición de las tribus etíopes en un esfuerzo para salvar tanto como sea posible de este arte realmente vivo y sujeto a una variación infinita, producido por estas culturas tribales, y cuyos elementos constitutivos forman un vínculo entre el hombre y la naturaleza.
La obra de Silvester ha sido exhibida en numerosas galerías como la Galería Marlborough de Nueva York o la Galeria Polka en París. Sus fotografías han sido objeto de casi 50 libros siendo el mas reciente “Decoraciones tribales de África” publicado en el año 2009.

Panteón Africano

Oshun
Hija de Obbatalá y Yemanjá, Oshun es la deidad que representa la fecundidad, la sexualidad y el erotismo. Orishá de temperamento alegre; simboliza el espíritu romántico, la calma, la felicidad, y la sensualidad femenina.
A ella se le encomiendan las mujeres embarazadas, los fetos, y los niños recién nacidos; así como aquellas mujeres que buscan fecundidad. Simboliza la maternidad, del mismo modo que la abundancia y la riqueza. Es ama y dueña de las aguas dulces de los ríos, fundamentales para que se reproduzca la vida en la tierra. 
Hermana de Oyá, y Yemanjá, ofreció su virginidad a un jefe de una tribu enemiga para que liberara a su hermana Oyá, que había sido secuestrada. Fue la segunda esposa de Shangó, su gran amor, y también fue pareja de Oggun, Orumila y Oshosi. 
Dueña de un baile con una sensualidad única, agita sus brazos haciendo resonar sus brazaletes, y los extiende en demanda de sexo a los hombres, mientras mueve sus caderas eróticamente.
Posee como atributos principales un sol, caracoles, peces, abanicos, aros, peines, plumas de pavo, corales, conchas y campanillas, entre otros. 
Su color es el amarillo dorado, dueña del oro y las riquezas. Se le rinde tributo ofreciéndole comida: Camarones, miel, cebolla, ají, acelga, huevos, vino blanco, arroz, lechuga, dulces, y frutos del río; y se le ofrecen sacrificios de palomas, gallinas de Angola, y chivo capón, entre otros animales.




Obbatalá

Obbatalá es descendiente directo de Oloddumare. Es el creador del ser humano, a quien modeló con arcilla, para recibir el soplo divino del Supremo Creador. Es un padre paciente amoroso de su creación, dueño y regente del cuerpo humano y de todas sus partes, especialmente la cabeza, donde habitan los pensamientos. Símbolo de la pureza, de la paz, se lo representa con el color blanco, y su nombre significa “Rey de la pureza”.
Como padre de los hombres, y dueño de sus cabezas y pensamientos, es el encargado de interceder entre éstos y cualquier Orishá. Celoso de la falta de respeto y las impurezas, no permite que se desnuden en su presencia o que se realicen conductas impropias. Es representado en la naturaleza a través de las montañas; sus picos nevados, blancos, e impolutos, simbolizan su eterna pureza.
Su vestimenta es totalmente blanca, aunque en sus caminos de guerrero, una banda roja cruza a través de su torso. Su traje está adornado con soles y lunas, y ocho pañuelos rodean su cintura. Sus elementos de poder son un cetro de mando, llamado “Opa”, un Iruke, hecho con crin de cola de caballo, que agita en su baile para limpiar a los presentes, y un brazalete hecho de plata. Se le rinde ofrenda con arroz con leche, manteca de cacao, merengue, flores de algodón, maíz, alpiste, y granada. Los animales que se le inmolan son gallinas blancas, palomas blancas, chivas blancas. El alcohol es un tabú y le es prohibido, al igual que los cangrejos y los frijoles.


Oggun

Oggun es el Orishá que encarna la fuerza y el trabajo físico. 
Guerrero por naturaleza, dueño de un temperamento violento e irascible, es el amo del monte, y el poseedor del cuchillo o machete. Con éste se abre camino entre la vegetación, pero también imparte justicia por sus propios medios, y puede realizar sacrificios.
Oggun representa el comienzo y la fuerza que da inicio a las cosas, así como la mañana y la primavera. Símbolo de autoridad, riqueza, virilidad y juventud, es el amo de los minerales y posee el poder de transformar la naturaleza: el carbón en diamante y la arena en mármol. Su poder sobre los metales, las herramientas, las armas, las cadenas y los cuchillos, hacen de Oggun el Orishá protector de aquellos que trabajan con elementos metálicos; tales como herreros, cirujanos, agricultores y soldados, entre otros. Además es quien protege los templos y las entradas a las moradas.
Debido a que representa el sacrificio, a Oggun se le rinde tributo matando todo tipo de animales, tales como gallos, chivos o carneros. 
Hijo de Oduduwa y Yembó, es hermano de Oshosi, con quien comparte su dominio sobre el monte; de Eleggua, quien regentea junto a él los caminos; y también de Shangó, y Osun. Amante de Oyá, entre otras relaciones, es originario de Ileshá, Rey de Iré, y emisario de Obbatalá. 
Sus colores característicos son el rojo y el verde, y su animal es el perro.



Olorun

Es la manifestación más concreta y sensible del “Dios Supremo” (la trilogía Olofi - Oloddumare – Olorun), y es quien está en contacto directo con los hombres. 
Es el dueño del cielo, su nombre significa “Señor del cielo”, entendiéndose como el más allá. Representa la energía infinita vital de Dios, el calor del sol, la acción primera, el soplo de vida que rige todas las cosas. 
Es el creador del mundo y los seres humanos, las aguas, el aire, y toda la vida sobre la Tierra. Dueño de la luz y los colores, es el creador del día y de la noche. Del mismo modo es la fuerza universal que brinda el dinamismo de la vida. 
Es omnipresente, está de día y de noche, aunque no pueda vérselo, por lo que no se le recibe, sino que se le rinde un saludo con los brazos extendidos en alto, en dirección al sol, que representa su energía infinita. No se le asigna un género específico, ni posee emblemas o signos que lo representen, tampoco se le construyen altares ni templos en su honor, ni puede ser asentado. 
Es amo y dueño de la vida, y así como el sol, a través del cual se le rinde tributo, es quien brinda la energía para el desarrollo de las funciones vitales de las plantas, los animales y los hombres.







Oya

Hija de Obbatalá y Yembó, es un Osha íntimamente ligado a Iku, deidad de la muerte. Orishá del Río Níger, de los vientos, y de las tempestades. Símbolo del carácter violento y vehemente, está representada en la naturaleza por la centella. Domina los cuatro vientos, junto con Eleggua, Orunmila y Obbatalá.
Osha “muertera”, como suele llamársele, representa el mundo de los muertos, los sentimientos tétricos, oscuros, y la reencarnación de los antepasados. También simboliza las emociones y pesares femeninos. Habita junto a las puertas de los cementerios y sepulcros. Ama y señora del camposanto, éste es el ámbito que le fue asignado.
Su hermana Oshun, en un tremendo acto de amor, ofreció su virginidad a cambio de la libertad de Oyá, quien se hallaba cautiva por el jefe de una tribu enemiga.
Reina de Kosso, madre de nueve hijos, guerrera y temeraria, ha acompañado en las batallas a Shangó, de quien fue su primera esposa, y a Oggun, a quien engañó con Shangó.
Su objeto de poder es un Iruke que lleva en su mano, hecho con crin de cola de caballo, que, cuando baila, agita a un ritmo frenético y acelerado, para purificar los males e impurezas del aire. Posee también nueve brazaletes de cobre, y viste una túnica del color del vino y una saya con franjas de nueve colores diferentes, a excepción del negro. El número que simboliza a Oyá es el 9 y todos sus múltiplos.